Catálogo de semillas campesinas de la asociación PROBIVIR – Boyacá

¿Qué está pasando con las semillas campesinas? Las semillas, son un patrimonio colectivo de los pueblos, consideradas como un don o un bien sagrado, que es el resultado del trabajo colectivo y acumulado de cientos de generaciones de agricultores, que las han domesticado, conservado, mejorado, criado, intercambiado y utilizado desde épocas ancestrales; las actuales generaciones las hemos recibido en préstamo de nuestros antepasados, para que se las entreguemos a nuestros hijos.

De otro lado empresas trasnacionales de semillas unidas a la asistencia técnica convencional y cada vez con más fuerza han posicionado Semillas hibridas de “alto respuesta a insumos” y de variedades transgénicas que generan una subordinación a los intereses de estas empresas, en muchos casos conllevan a pérdida de cosechas pues no se adaptan a las condiciones locales y se desconoce el impacto ambiental y en salud pública como es el caso de los cultivos genéticamente modificados.

Las empresas semilleras y biotecnológicas en las últimas décadas han identificado el rol y el enorme valor que tienen las semillas en el control de la agricultura mundial. Con su gran poder económico y político, estas empresas han impuesto a nuestros países leyes que buscan regular la comercialización de semillas, y definen qué semillas se pueden vender y cuáles no. Pero en el fondo lo que pretenden es romper el sistema de semillas criollas conservadas por milenios y que han generado la autonomía alimentaria de los pueblos, buscan que las variedades tradicionales no puedan circular libremente haciendo ilegal que los agricultores conserven y comercialicen sus propias semillas.

Adicionalmente el “caos climático” actual ha provocado pérdida o menores rendimientos en las cosechas. Parte de una estrategia de adaptación a los efectos del cambio climático seria el contar con una amplia base genética de los cultivos alimentarios que permita disponer de semillas más resistentes y resilientes a condiciones ambientales extremas. Por eso hoy en día es más importante que nunca mantener las semillas propias y todos los sistemas colectivos que permiten que esas semillas se mantengan vivas, se compartan libremente y no tengan un solo dueño. Considerando la importancia de este tema, desde el año 2017 la Asociación PROBIVIR junto con otras organizaciones en el altiplano boyacense bajo el liderazgo de la Fundación CONFIAR en Duitama, decidimos integrar el tema de las semillas nativas y criollas dentro de la Mesa Regional de defensa de los Bienes Comunes. A partir de ahí hemos ido dando pasos como la articulación a la Red Nacional de Semillas Libres mediante una Red Departamental, algunas visitas de intercambio de experiencias a varias casas de semillas de la zona, el apoyo a una de nuestras asociadas como custodia de semillas de PROBIVIR, la participación en ferias de trueque de semillas a nivel regional y nacional. 

Desde el año anterior participamos en un proyecto de investigación sobre la cadena de las papas criollas nativas en las provincias Centro y Márquez liderado por el Centro Regional para la Innovación y la Productividad de Boyacá – CREPIB. Actualmente en el marco del proyecto “Agua, semillas y economía solidaria para el Bien Vivir en 4 municipios del Corredor Andino de Robles” apoyado por el Fondo Acción –TFCA se construyó una casa de semillas en la vereda Villa Nueva del municipio de Santa Rosa de Viterbo que sirve como espacio de referencia para nuestro proceso de rescate, acopio y cuidado de la diversidad de semillas alimentarias campesinas.

Descargar publicación aquí:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top